miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Dónde estás?

¿Podrías contar el número de cosas que has hecho hoy pensando en otras? ¿Dónde te pasas la mayor parte del día? A lo mejor es más fácil contar las cosas que has hecho  con toda tu atención, conscientemente.
Creemos que estamos disfrutando una deliciosa comida y realmente estamos apenas disfrutando de un porcentaje ínfimo del sabor de un buen plato  Nuestra mente va  a la conversación, a la tele, a un periódico o a un pensamiento que nada tiene que ver con esa exquisita comida. Además, el hecho de poner tu atención en algo tan absorbente como una imagen televisiva, le restará eficacia a un proceso de digestión que comienza cuando das el primer bocado. El cuerpo funciona de forma óptima cuando nuestras acciones corporales integran a la mente.
Si pruebas a tomar un bocado con los ojos cerrados y la plena atención en el sabor, y te tomas tu tiempo para hacerlo, descubrirás un montón de matices y sensaciones diferentes. Si mantienes esa conexión con la acción de comer, aunque abras los ojos y sostengas una conversación ligera, irás integrando esos nuevos matices en tu percepción y la capacidad de disfrutar del momento, con lo que tu cerebro introducirá en el torrente sanguíneo una suave química del bienestar, que además, te proporcionará la suficiente tranquilidad como para determinar cuándo es suficiente y dejar de comer 
Este ejercicio de atención se puede trasladar a todas las áreas de tu vida. Si lo haces, poco a poco irás descubriendo una riqueza de matices, que, como con el sabor de la comida, te había pasado desapercibida. Y es que estamos acostumbrados –cada vez más-  a que nuestra atención se active sólo en los momentos intensos, con lo que nos perdemos todo el recorrido que va de uno de esos momentos a otro. Si caminas por la ciudad enchufado a un ipod y con la mente deambulando por otro sitio, te puedes estar perdiendo el brillo del sol en los árboles, la belleza de un edificio señorial o la sonrisa del niño que pasa en su cochecito y que es feliz simplemente por estar aquí. Cosas cotidianas que colorean cada momento aunque tú te empeñes en que ese trozo de la peli es en blanco y negro.
Poco a poco, la práctica de la atención en lo cotidiano, irá aumentando tu capacidad de concentración, de disfrute, tu sensación de bienestar y gratitud por el milagro de la vida y por los privilegios que disfrutas. Comprobarás que cuando estás presente, estás bien, porque sea cual sea la situación, estás ahí, respirando, vivo, agradecido y listo para actuar de forma eficaz.
“Zen es hacer una cosa cada vez”

6 comentarios:

  1. me gusta y lo practico. Si puedo voy andando a los sitios y aprovecho para "enchufarme" un ratillo conmigo misma. fñijate si funciona que un día llegué a clase y me preguntaron si venia de un masaje...jajajaja

    Cuando estoy presente el tiempo no vuela. Me encanta esa sensación, ese frenazo a la vida.
    Feliiiiiiiizzzzz 2011 Almu, con todos sus segundos intensos y reales

    ResponderEliminar
  2. Cuanto más se practica, más bonito es :) Te debió de dar un masaje la vida aquel día, jaja...

    Gracias, May, un besote grande y un feliz y consciente 2011!! Muaaa!!

    ResponderEliminar
  3. Que cierto lo que dices.
    Yo hay momentos en los que necesito salir de un lugar determinado.
    No se si es porque no me ineteresa lo que pasa o porque realmente no estoy cómodo.
    El caso es que me siento mal y necesito salir.
    Lo que dices en este texto me hace sentirme identificado pues siento no apreciar ni disfrutar ciertos momento de la mi vida por estar mi cabeza en otro lado. Por no vivir el momento presente y preocuparme por osas que no tienen solución en ese instante.
    Gracias Almu. Un beso

    ResponderEliminar
  4. Kike:

    La atención plena es una buena práctica. Puedes empezar poco a poco, acordándote de sentir aunque sólo sea un instante la comida, o el agua de la ducha, o el sol reflejándose en un árbol. Con que lo consigas un instante, a la vez siguiente pueden ser dos. Eso es práctica, abrir tu mente a que es posible.

    Por otro lado, cuando te encuentras mal y te quieres ir, es bueno escuchar a tu cuerpo: dónde sientes esa incomodidad (en el plexo solar, en el pecho, en la garganta)... Pregúntate dónde aparece la tensión. Conócete, y poco a poco quizá vayas identificando el porqué de esa tensión. Obsérvate con paciencia y con amor hacia ti mismo, y poco a poco, irán cambiando las cosas. No es lo mismo sentir algo que observar cómo sientes algo. Conviértete en el observador, porque si lo haces, te darás cuenta de que eres más que tus emociones. Escribiré más sobre eso, pero si te das cuenta, no es más que otra cara de la atención plena, sólo que hacia dentro.

    Gracias a ti por enriquecer los posts con tus comentarios. Un besote!

    ResponderEliminar
  5. observarse, esa es la clave.
    Lo intentaré.
    Un beso Almu

    ResponderEliminar

Licencia de Creative Commons
Danzando con el Universo by Almudena A. Muñoz is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at danzandoconeluniverso.blogspot.com.