lunes, 26 de diciembre de 2011

Elegir

Se acerca el nuevo año. Y de forma natural surge en nosotros una cierta esperanza, como si se nos dieran nuevas oportunidades con el comienzo del nuevo ciclo. Así es, y  así pasa con todos los ciclos. Cada día es una nueva oportunidad para retomar la vida. De hecho, lo es cada instante, aunque nos pesa tanto la memoria que no somos capaces de ver la frescura de cada nuevo momento, porque no dejamos morir los momentos anteriores. Eso nos resta capacidad de decisión. Lo cierto es que siempre existen opciones. Siempre. Puede que sean descabelladas, inciertas o no aconsejables… pero existen. Y más allá de ellas, existe nuestra libertad interior; ejercerla implica tomar responsabilidad de nuestra forma de pensar y de reaccionar ante las cosas que nos pasan.  
Víktor Frankl, neurólogo y psiquiatra que estuvo preso en varios campos de concentración nazis, cuenta que lo que le hizo sobrevivir fue precisamente saber que a pesar de que le habían arrebatado tantas y tantas cosas, había algo de lo que nadie podía apoderarse: su libertad interior; la libertad de elegir cómo reaccionar ante el horror que estaba viviendo. Simplemente eligió no desistir… y en medio del caos, se encontró a sí mismo. Ese contacto con su libertad interior fue lo que le mantuvo vivo, lo que en numerosos casos mantuvo vivas a las personas que sobrevivieron.
Ocurre que estamos enredados en nuestros propios pensamientos, concepciones, costumbres… y no nos damos cuenta de que todas esas cosas se pueden cambiar. Como si emocional y mentalmente fuésemos un tren de alta velocidad que conduce otra persona, reaccionamos automáticamente, como hemos hecho siempre, sobreviviendo a las curvas como podemos… porque todo va tan rápido… No somos conscientes de que podemos parar ese tren, y empezar a conducirlo nosotros mismos. Que antes de tomar una curva, podemos frenar, observarla, estudiarla e incluso cambiar de dirección. Que a veces, cambiando un simple pensamiento, podemos cambiar una parte de nuestra vida. Que desprenderse de una vieja forma de reaccionar puede suponer una gran diferencia. Que la vida es cambio, y que cuando dejamos de cambiar y fijamos patrones neuronales en nuestro cerebro, nuestra mente comienza su declive.
Es muy bueno, por eso, viajar, salir, hacer algo totalmente distinto, sólo para tomar distancia con tus propias creencias, tus enredos, tus hábitos, y al volver, observarlos un poco de lejos, y decidir si te los quedas o no los quieres más. Otra opción, como siempre, es meditar y encontrar tu centro. Desde ahí la velocidad del tren se reduce considerablemente y todo se hace más fácil… ¿conoces el placer de ver venir una vieja pauta emocional que te impele a una determinada acción o reacción que sabes que no te conduce a ningún sitio bueno… y simplemente… dejarla pasar? Guau!! Cuanto más meditas, más sencillo se hace.
Sea como sea, toma responsabilidad y date el gusto de ejercer tu libertad interior.
(Imagen paisaje: Danilo Rizutti; Imagen alta velocidad:Sura Nualpradid )

4 comentarios:

  1. Felicidades por tu última entrada! Pienso que eliminar nuestros patrones mentales requiere de un gran esfuerzo y tiempo, pero aumentaría notablemente nuestra calidad de vida y la de los demás. Hay que luchar por la vida de forma pacífica, !ánimo valientes!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Toni!! Estoy de acuerdo contigo, el trabajo interior no sólo beneficia a quien lo realiza, sino también a los que le rodean. Vivimos en tensiones inconscientes y antiguas que repercuten en nuestras relaciones con el entorno.

    Gracias de nuevo y un saludote!!

    ResponderEliminar
  3. Creo que asumir que las cosas deben ser de tal o cual forma nos impide disfrutar de lo que la vida nos ofrece. Apenas esta Navidad entendí claramente eso, con la familia habíamos planeado pasar la Navidad con unos familiares en otra ciudad, resulta que se nos olvida el telefono y dir. de donde era y nos quedamos en la terminal. Al principio hay desconcierto porque no lo esperábamos pero después es que nos reimos y decidimos pasárla bien a pesar de todo. Nuestra cena fueron tacos de guisado en un puesto frente a la terminal y después nos fuimos a pasear a Oaxaca, al final ha sido la mejor Navidad porque así lo decidimos, porque estábamos juntos. Gracias Almu por este blog!
    Ara

    ResponderEliminar
  4. Guapa!! Muchas gracias tu comentario y por compartir tu bonita historia de Navidad, me encantó... eso es fluir! Estoy totalmente de acuerdo contigo, cuando aceptamos lo que hay, sin asunciones previas, es cuando podemos disfrutar realmente de la vida :)

    Gracias, cielo, también por tu apoyo siempre ¡¡un besote enorme!!

    Almu

    ResponderEliminar

Licencia de Creative Commons
Danzando con el Universo by Almudena A. Muñoz is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at danzandoconeluniverso.blogspot.com.