martes, 16 de noviembre de 2010

¿Quién eres?

Tal vez en algún momento de tranquilidad y silencio te hayas planteado quién eres. Es una de las preguntas existenciales que se han hecho las personas desde lo remoto de los tiempos. Las otras comprenden cosas como de dónde venimos y a dónde vamos. Durante mucho tiempo en Occidente ha sido la Iglesia la encargada de dar respuestas a estas preguntas. Durante mucho tiempo, si bien no ha podido ser suficiente, parecía que la tónica general era la de someterse a una fe impuesta  y compartida  por una sociedad altamente religiosa.
Con el avance de las democracias y la libertad de expresión, Occidente se dio cuenta de que existían valientes que se habían planteado re-plantearse las preguntas existenciales, y que habían intentado darles una respuesta no sometida  al dogma religioso imperante.
En pleno siglo XXI, a medida que nuestras mentes se han ido educando y elaborando, la Iglesia ya no es capaz de dar respuestas satisfactorias para la mayoría de las personas. Por eso las personas han entrado en crisis, porque es inevitable plantearse el sentido de la existencia y no chocar con las teorías religiosas de siempre. Porque ya no valen, y si estas no valen, ¿dónde buscaremos respuestas? Ése es el problema, que después de siglos y siglos de dominio religioso, no sabemos dónde buscar. Y entonces las preguntas existenciales nos abruman, y entonces, huimos, pero es imposible huir de lo que uno es, así que llega la ansiedad, la depresión, las pastillas y la incongruencia de la marcha de uno mismo, del presente y de la vida, para encontrar refugios insatisfactorios en las compras, las casas, o incluso las vidas de los demás. Vidas ajenas que nos permiten no pensar en las nuestras. “Desconectar” lo llaman muchos.
¿Realmente quieres vivir desconectado de la vida? Seguro que dentro de ti hay un sentimiento que te indica que debe de haber algo más: algo más que estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y jubilarse. Algo más, algo que te llama desde lo más profundo, algo a lo que te has acercado al observar una puesta de sol en el mar, algo que has respirado en el momento más emocionante de tu vida, algo que palpita desde la mirada de un niño que aún no ha emprendido la huída. Si quieres conocerlo, bienvenido, formas parte de los buscadores conscientes, aquellos que un día comprendieron que la Vida ha de ser más que lo que nos contó una sociedad adormecida, porque el descubrimiento –al final- siempre corre a cargo de uno mismo. Bienvenido a "Danzando con el Universo", la danza con la Vida, la curiosidad que mira y siente a través de milenios de una sabiduría tan lejana que siempre estuvo dentro de ti.

2 comentarios:

  1. Probablemente en el fondo (muy muy en el fondo) todo el mundo sabe (o al menos sospecha) que sí, que hay algo más en la vida de lo que se nos hace creer. Cuando uno se plantea este tipo de preguntas la intuición nos ayuda, pero vencer los condicionamientos sociales y culturales impuestos en el modo de vida occidental genera cierto temor inicial, temor de convertirte en un incomprendido, temor de perder la guía que es el camino socialmente aceptado por todos.
    La sociedad necesita ayuda para perder el miedo y comenzar a bailar con el universo.
    Gracias por tus lecciones de baile.

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  2. Hay que creer en uno mismo, entonces. Muchas gracias por el comentario :)

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