sábado, 29 de enero de 2011

Blade Runner (Ridley Scott, 1982)

“Más allá de la idea del bien y del mal hay un lugar, allí nos encontraremos.”
Rumi (poeta sufí, s.X)
A veces hay cosas que te fascinan y no sabes muy bien por qué. No eres capaz de elaborar un pensamiento que explique con palabras tu fascinación. Puede pasar el tiempo y un día, cuando te pones a investigarlas, comprendes por qué dentro de ti había algo que había captado la importancia de esa cosa y lo había hecho más allá del lenguaje. Puede que pasase a través de los símbolos, de arquetipos, o de una comprensión profunda más allá incluso de ellos. Siempre es una alegría poder verbalizar esa comprensión. Eso me ocurrió con Blade Runner.
Decir que Blade Runner es una peli de ciencia ficción, es ponerle una etiqueta tan limitadora como pobre a una de las grandes obras del Cine. Intentar explicar su grandeza en un post es igualmente absurdo, así que no voy a intentarlo. Voy a limitar Blade Runner, pero por otro sitio.
Los Ángeles 2019. La Tyrell Corporation ha creado unos seres artificialmente mediante ingeniería genética. Son los Nexus 6, seres de carne y hueso mejorados y producidos para realizar tareas difíciles para los humanos. Ante su gran fortaleza fueron creados con una medida de seguridad, una fecha de caducidad. Su duración es de 4 años. Han sido esparcidos por la galaxia y sometidos al dominio humano. Después de una rebelión en las colonias espaciales, fueron proscritos en la Tierra. Cuando unos cuantos de esos Ángeles caídos, expulsados por su Creador, quieren llegar hasta él, entender por qué fueron expulsados y ser readmitidos en la creación, esto es, librarse de su “fecha de caducidad”, Deckard –agente especializado- será el encargado de “retirarlos” (ése era el eufemismo que se usaba para “ejecutarlos”)
En el montaje del director de 2007 quedó claro que el propio Deckard era también un replicante, pero no lo sabía. Así pues, Deckard es el hijo aceptado del Creador, un Adán que debe cuidar de la Tierra frente a los Ángeles caídos, los replicantes expulsados.
Vamos a asistir a la escena final, la lucha entre Roy –líder de los caídos que ha matado a varias personas durante la película- y Deckard. Es la eterna  lucha del bien contra el mal. En Hollywood suele ganar el bien, pero esta lucha se despacha sin ganador, porque tanto Roy como Deckard se dan cuenta de que hay algo más que sus diferencias: se dan cuenta de que ambos comparten la Vida. Y cuando eso ocurre, por primera vez en toda la película, amanece en ese microcosmos (siempre reflejo del macrocosmos) que es Los Ángeles. La paloma, –símbolo de lo espiritual y de la paz por excelencia- asciende.
Una vez más, te invito a pensar sobre ello y te dejo con los protas (Harrison Ford y Rutger Hauer):

La excepcional banda sonora es de Vangelis, la fotografía de Jordan Cronenweth…  Blade Runner es una de esas pelis que te hacen entender por qué el Cine es el 7º Arte.

2 comentarios:

  1. Blade Runner es espectacular, y concretamente esa secuencia es puro arte, por guión, foto, sonido, y miles de cosas. La tengo en mi lista de películas que tengo que volver a ver pronto; hace demasiado que la vi por última vez, y supongo que la veré con otros ojos. :)

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  2. Espectacular todo Blade Runner. Te perdiste los dos trabajos sobre ella que hice en la facul para Narrativa, ahora soy friki XD! Ya me contarás qué tal desde esta perspectiva :)

    Un besote y gracias!!

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